Algunas reflexiones de una persona presa después de leer «Huye, hombre, huye»

Punky

25-06-2020

El gobierno quiere que seas su amigo, pero yo no me dejo utilizar por fines políticos ni partidos.

Los presos deben cumplir condenas en sus cárceles más cercanas, para evitar el desarraigo familiar, evitar que nuestras familias deban recorrer cientos de kilómetros para visitarnos o 40 minutos por cristales o 2 horas de vis a vis.

  • No hay talleres ni actividades, la gente se pasa todo el horario de patio tirada en el mismo, paseando o jugando a parchís, cartas o tirados viendo las horas pasar. Así todos los días de la semana, del mes y del año.
  • Se nos prohíbe la comunicación con amigos o amigas por vis-vis, cuando llevamos años de separación de esta gente amiga o sin acostarnos con una mujer.
  • Esto genera violencia en la mayoría de los casos, condenas a largos años de prisión, cumpliendo hasta el último día y el último parte disciplinario.
  • Nos someten a un régimen denigrante.
  • Presos enfermos sin asistencia médica efectiva, da igual la cárcel, es así en general.
  • Se pegan palizas a los presos por nimiedades, los Jueces o Instituciones no ven estas cosas y fomentan la evidencia desde sus cómodas sillas. Aunque los presos si ven estas cosas, nos embrutecen a diario en los Centros de Exterminio hasta hacernos crueles e insensibles.
  • Nos acusan de difusión de noticias falsas o Terrorismo Carcelario, que luego se convertirá en Castigo de Estado.
  • En 1980 había 20.000 presos dentro del Estado, a día de hoy rondan los 90.000 presos en todo el Estado, pienso que son unos incompetentes, ya que no han sabido solucionar un problema social que les ha sido encomendado, pues ¿cuántos años llevan con los mismos problemas encima de la mesa?

Han convertido la cárcel en un negocio capitalista. La cárcel en si es violencia y nosotros alimentamos vuestras cárceles, vuestros sueldos, vuestro negocio capitalista.

No se puede esperar nada de una persona que carece de oídos dentro de las orejas, de sentimientos y de la más mínima intención de atender otras cuestiones que no sean la de su más estricto interés.

Esta entrevista con Instituciones Penitenciarias fue recogida por Xosé Tarrio Gonzalez en la prisión de Daroca en 1990, nuestro querido compañero allá donde estés, luchaste para conseguir cambiar el Estado fascista y la represión en las cárceles, a día de hoy 2020 todo sigue igual o peor ya que no hay unidad ni compañerismo. La Institución Carcelaria no ha cambiado nada, como bien decías la solución a las cárceles pasaba irremediablemente por la unificación de criterios de la población reclusa, por los secuestros, los motines, las revueltas, las luchas en huelga de hambre, las reivindicaciones, los plantes, solo una violencia mayor podría poner final a los regímenes destructivos.

Es necesario una lucha dentro de los recintos carcelarios y un levantamiento popular, cuyas reivindicaciones proclamarían a la sociedad los medios de comunicación. Creo que esto es necesario pasando por regímenes cerrados y culminandola en los de segundo grado. Según términos de “APRE”, veo una coherencia clara, pero la sociedad de hoy se arrastra como gusanos por buscar un mínimo bienestar y no activa con coraje y convencimientos de ganar batallas.

Existen varios regímenes del mundo carcelario, la 1ª fase, la 2ª fase, el 1º grado, el 2º grado, la “sumisión a módulos de respeto” o “ordinarios y conflictivos”. Si quieres evadir la cárcel debes pasar por el aro y someterte a disciplinas humillantes donde despojan al hombre de su personalidad y criterio particular. Te venden el pase de un módulo a otro, de una cárcel a otra como “progreso”, como que la cárcel no fuese cárcel y aquellos muros un problema, o un sufrimiento. Te ofrecen la TV, un polideportivo o un trabajo cooperativista con la cárcel, como si no fuesen parte de los derechos del Reglamento. Así premian tu comportamiento, si no formas parte de su sistema, te retiran “privilegios” y te marginan de fase o grado. Se utiliza el chantaje y no la “reinserción o educación a la sociedad”, es decir, te tratan igual o peor que a un niño. Buscan doblegarte y enseñarte los métodos de castigo más crueles e inhumanos, propio de unas mentes ambiciosas, represoras, fascistas y mezquinas. Si reivindicas o luchas, te dispersan, te torturan, te tratan mal o te despojan de tus ocios o derechos.

Consideramos que en “democracia”, no todo es valido, la “democracia” no es patrimonio de unos cuantos que en su saber y entender la degradan poniendo en práctica su criterio arbitrario, en derecho divino de casta y status, en el cargo administrativo que ocupan los poderes públicos. Estamos hasta la coronilla de que conculquen nuestros derechos fundamentales los proxenetas de la democracia, que pretenden convertir a sus “conciudadanos” en meretrices de un Estado de Derecho.

Por ejemplo las anomalías y deficientes de la gestión penitenciaria de cualquier gobierno, se ha propiciado que lxs presxs seamos constantemente y de forma sistemática víctimas fáciles de agresiones físicas, de abuso de poder y de arbitrariedades por parte de carcelerxs formadxs en los más estrictos cañones del fascismo – catolicismo predominante en el régimen militarista anterior, que precedió hace 45 años a la “democracia” con o sin conciencia, la Administración jurídico – penitenciaria mantiene en activo ejerciendo funciones en el estamento penitenciario a estos elementos procedentes del brazo secular franquista, algunos de ellos a través de practicar oportunismo político del carné correspondiente, han ascendido en rango administrativo y, con alevosía, han impuesto directrices “pedagógicas inquisitoriales”. Aditamentando hegemónicamente en modo propio los principios de seguridad y orden por los que han de regirse los establecimientos penitenciarios, haciendo o transformando éstos en sus propios santuarios, predominando la violencia física, practicada por sus sicarios, y una terapia regimental fundamentada en el terror, la intimidación o el chantaje, para conseguir el acatamiento de sus normas, vulnerándose las disposiciones legales y los propios derechos humanos de lxs presxs con suma facilidad. Por ello ademas se han impuesto sanciones disciplinarias a través de falsos hechos y falacias de las que tenemos que responder ante corruptas juntas de régimen, compuestas en su mayoría por apaleadores, idénticos terapeutas de porra en ristro, grilletes y sprays. Los cuales son los que decidieron nuestra calificación de grado, o beneficios ya sean permisos, condicional o excarcelación.

No podemos precisas con exactitud el número de compañerxs que han perecido a causa de un sistema penitenciario infernal y tercermundista, a causa de Sida – VIH, VHC, cáncer y demás enfermedades por la carencia de una asistencia médica adecuada y fidedigna y la ausencia de un espíritu humanitario en el corazón del Estado fascista español. Recuerdos a mis compañerxs fallecidxs en las cárceles, no pongo nombres ya que se han producido tantísimas muertes que precisaríamos de u a fabrica de papel para poder conseguir imprimir todos los nombres de nuestrxs inolvidables compañerxs, por vosotrxs la lucha sigue y no vamos a parar.

Hemos remitido miles de denuncias, dirigidas a juzgados, DGIP y demás instituciones gubernamentales, dando el conocimiento de las agresiones físicas, psíquicas y morales de las que somos objeto, sin que hasta el momento se hayan adaptado las medidas eficientes para su erradicación absoluta. Sin embargo, el resultado inmediato obtenido de nuestras denuncias ha supuesto el incremento de represalias y animadversión por parte de los verdugos o su método más utilizado la “dispersión”. Somos y hemos sido cobayas en la experimentación de métodos de tortura psicológica, dirigidos a anular la personalidad del individuo. En todo momento y con precisión la DGIP ha tenido conocimiento de los apaleamientos y arbitrariedades que se cometen con nosotrxs, sin aplicarse el cese, ni expedientes a quienes cometen estos hechos. En cambio a nosotrxs se nos viene machacando con saña, con castigo físico y psíquico, se nos chantajea y especula con nuestro dolor y se trafica con nuestros sentimientos “dispersión”, y alejarnos de nuestrxs amigxs y familiares. Sin ninguna justificación o criterio correctivo alguno por el rechazo de una “reinserción”.

La Reinserción Social, no existe mas que en términos abstractos, y lo que se viene practicando con nosotrxs es la adiestración esclavista. Impartida por sindicatos del crimen organizado en Equipos de tratamiento, cuyo tratamiento o criterio terapéutico es la consecución de una verdadera sumisión absoluta en el prisionero hacia la clase segregacionalista dominante. Por ello responsabilizamos a la Administración jurídico – penitenciaria de los agravios que hemos sufrido y sufrimos, consideramos las palizas que hemos recibido, las celdas de castigo, los años en régimen de aislamiento, las lesiones morales que se nos han causado a nosotrxs y a nuestras familias, puesto que no son equiparables en reparo de indemnización económica alguna. Ya que su bonita constitución en “Estado de Derecho” art. 121, nos permite leer estos párrafos mencionados. Nosotrxs somos víctimas fáciles del Estado, inundando el país con su droga, somos delincuentes circunstanciales y a la vez politoxicómanos que en lugar de curarnos nos arrojan a sus cárceles = torturas, erradican la cultura y fomentan la pasividad a las drogas, inflándonos a psicofármacos, nos imponen penas astronómicas y totalmente muy desproporcionadas, solamente por pertenecer a una clase social baja. Por lo tanto pienso que la democracia solo existe para sus propios intereses…

Ya que los puntos reivindicativos vienen reflejados desde los años 80 y 90 con la antigua APRE®.

  1.  Redenciones de pena 1 día por 1 día, 4 meses por año de condena cumplida.
  2.  Vulneraciones art. 15 C.E. en conexión con el art. 3 del convenio europeo de derechos humanos, esclarecimiento de torturas, malos tratos, muertes y asesinatos en prisión…
  3.  Puesta en libertad de todx presx con padecimientos incurables. Art. 60 R.P. antiguo de 1990.
  4.  Mantener fuera de las cárceles a los torturadores carceleros que hayan sido denunciados por malos tratos.