Rosa Giménez convoca para el miércoles 17 de octubre una concentración en la “Ciudad de la Justicia” de Castellón, para exigir al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria la excarcelación de su hijo Francisco Chamorro Giménez que está preso en la cárcel de Castellón I y enfermo de cáncer, por lo que debería ser excarcelado en aplicación de las leyes vigentes. De hecho, ya había sido clasificado en tercer grado, paso necesario para la libertad condicional, en la cárcel de Madrid VII, donde estaba hace unos meses. Pero al llegar a Castellón y habiendo mejorado algo su estado, después de recibir en un hospital de Madrid un tratamiento de quimioterapia, el juez de vigilancia penitenciaria le negó la libertad condicional, porque la gravedad de su estado no aseguraba que no pudiera volver a delinquir y porque su enfermedad no era todavía terminal. Esto último no lo menciona ni define la ley en ningún momento como condición para la excarcelación, sino la “enfermedad muy grave con padecimientos incurables”. Entonces, la junta de tratamiento de Castellón I decidió, inexplicablemente, retirarle el tercer grado. Si no fuera por eso, Francisco podría salir ya en libertad condicional, pues ha cumplido las tres cuartas partes de la condena de 20 años que padece, habiendo pasado 16 años preso. Esa liberación sería indispensable, si se aplican los criterios de humanidad que teóricamente animan la ley, ya que Francisco, no está recibiendo el tratamiento adecuado a su estado de salud, ya que ni siquiera se le está sacando a visita con el especialista del hospital, ni se le proporciona la alimentación adecuada. Se puede decir que se está haciendo lo necesario para que su enfermedad avance rápidamente y muera pronto. Quizá entonces, cuando ya estuviera asegurada su muerte a corto plazo, se le excarcelaría, según la macabra política que ha seguido hasta ahora la SGIP en casos parecidos. De momento, no sólo no se está cuidando de su salud y de su vida, como exige la ley, sino que se le está privando de su dignidad humana. Varias autoridades carceleras de Castellón I han llegado a amenazarle, exigiéndole que cese la ejemplar actividad reivindicativa que está desplegando su familia para conseguir su excarcelación, o que solo saldrá de allí “con los pies por delante”.
«Lo que han hecho es bajar a mi hijo a segundo grado para que muera en prisión. Son todos unos asesinos, dejan morir a los presos como ratas, no tienen corazón.» -Rosa Giménez-.
Ni la familia ni quienes lo apoyan piensan parar hasta conseguir la liberación de Francisco.
¡¡¡LIBERTAD PARA FRANCISCO YA!!!