Traducimos un artículo publicado en catalán en La Directa sobre la marcha a Castellón I «Ni machismo ni prisión, fuego a la opresión!» convocada para el 1 de marzo.
Pocos días antes del 8 de marzo, el colectivo Dones en Lluita organiza una marcha a la cárcel de Castellón para acompañar las familiares de las personas privadas de libertad y visibilizar la situación en que viven las mujeres dentro de los centros penitenciarios. La actividad se enmarca dentro de las actividades organizadas por la Assemblea 8M de la capital de la Plana.
La ubicación del centro penitenciario Castellón I, en medio de la carretera que une la capital de la Plana con la población de Alcora, hace que este espacio de reclusión esté suficientemente alejado del núcleo urbano como para resultar invisible y desconocido para la mayoría de las vecinas. El centro de reclusión, que cuenta con unas 498 celdas -52 de ellas de aislamiento-, se construyó en 1983 siguiendo la nueva línea arquitectónica y estratégica marcada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que buscaba alejar las cárceles del centro de las ciudades para así dificultar las acciones de solidaridad con las personas presas, las fugas y la comunicación con su entorno. La construcción de este establecimiento penitenciario sustituiría por tanto a la antigua cárcel de la ciudad, situada hasta entonces en la Ronda Magdalena -donde actualmente se ubica la plaza de las Islas Columbretes-, de la que no ha quedado el más mínimo recuerdo ni memoria, ya que fue completamente demolida en 1985.
Precisamente, hasta el kilómetro 10 de la carretera de Alcora, donde se ubica actualmente la cárcel de la ciudad de Castellón, es donde pretende llegar la marcha convocada por el colectivo feminista Dones en Lluita este domingo 1 de marzo. El objetivo de la convocatoria es visibilizar la situación que viven y sufren las mujeres presas -un 7% del total de la población penitenciaria- y acompañar sus familias durante la jornada de visitas semanal. «Recientemente, dentro del colectivo iniciamos un proceso de formación interno sobre las cárceles y la lucha anticarcelaria a través de conversaciones y contactos con familiares de personas presas y colectivos que trabajan este tema, y es por eso que este año, de cara al 8 de marzo, queríamos hacer alguna acción que ayudara a visibilizar la situación de las mujeres privadas de libertad «, explican desde Dones en LLuita, colectivo feminista de Castellón que considera que al haber muchas menos mujeres que hombres en las cárceles, se trata de un «colectivo invisibilizado», que tiene unas necesidades específicas diferentes y que sufren una mayor criminalización por el hecho de ser mujeres. «La criminalidad no está asociada a la feminidad y por tanto el estigma hacia las mujeres es mucho mayor cuando entran en prisión, ya que muchas veces también dejan de atender el rol de cuidados y de carga del hogar que tienen asociado y por lo tanto se considera mucho más grave que con los hombres «, matizan.
Mediante la acción de este domingo, desde el colectivo quieren hacer visible la situación de vulnerabilidad que sufren las mujeres presas, que a igual que fuera muchas veces son sometidas a abusos, acosos o violaciones; dentro de los centros penitenciarios, tienen menos oferta de talleres que los hombres y desarrollan trabajos peor pagados y muy definidas por el género (costura, bordados, limpieza, moda …). Asimismo, están más afectadas por la dispersión -ya que sólo hay 3 cárceles de mujeres en todo el Estado-, y muchas veces están privadas de libertad durante largo períodos de tiempo, en módulos que no están preparados para cubrir sus necesidades básicas. «Aparte del hecho de ser mujeres, también es importante tener en cuenta cómo afecta la racialización en las estadísticas de criminalidad, y qué tipo de mujeres son las que normalmente entran en prisión, ya según las estadísticas el 30% de las mujeres privadas de libertad son gitanas «, subrayan desde Dones en Lluita.
Desde el colectivo Dones en LLuita, también se muestran muy críticas con las olas de populismo punitivo que se están levantando cada vez que se produce un feminicidio o se habla de casos mediáticos como el de las niñas de Alcàsser o la Manada, donde los representantes políticos, y también desde muchos sectores sociales, acaba pidiendo el endurecimiento de las penas de prisión. «Pensamos que el hecho de endurecer las penas y el Código Penal no es una solución ni una respuesta feminista, y para nosotras es como querer curar una herida grande con un algodón», denuncian. Y añaden: «No podemos identificar que el problema está en la estructura desigual, y luego querer aplicar soluciones individuales. Las cárceles y el sistema penal son uno de los principales síntomas de la desigualdad social, y por lo tanto es muy importante que desde los feminismos repensemos cuál debe ser nuestra estrategia política en esta línea. Las cárceles no son feministas, y por tanto no las queremos «.
La convocatoria de la marcha está programada a las once de la mañana frente a la estación de Renfe de Castellón, con la intención de llegar a las puertas de la prisión a las doce y media. Allí se hará una concentración, se leerán algunos poemas y reivindicaciones y acompañará las familias de personas presas durante la jornada de visitas. «Queremos que este sea un punto de partida desde donde articular la lucha anticarcelaria en las comarcas de la Plana y ponerla en el centro de nuestras luchas de este año», concluyen.
La semana previa al 8 de marzo, llena de actividades.
Aparte de la marcha a la prisión de este domingo, desde la Assemblea 8M Castelló están coordinando diferentes actividades para preparar la manifestación de la semana próxima. Según explican desde la asamblea, «la intención de este año es visibilizar colectivos de mujeres que normalmente no están, como las mujeres presas, las mujeres migrantes, las personas transexuales y las mujeres mayores precarizadas, y es por eso que estamos intentando programar actividades en esta línea «.
A partir de este sábado ya empiezan a desarrollarse jornadas, charlas, exposiciones de fotografía, presentaciones de libros y actividades sobre estos ejes en la ciudad de Castellón, pero también en otras poblaciones de las comarcas del norte del País Valenciano, como Villarreal o Burriana (Plana Baja). «Para nosotras, este año era importante descentralizar los actos de la capital e ir a conocer otras realidades en entornos menos urbanos. Cada actividad que hemos programado tiene su reivindicación, y es importante que ampliemos el debate con otras maneras de vivir y de pensar fuera de la ciudad «, apostillan las feministas.