Argentina: Democracia, la última gran estafa

Cuento escrito por Largo, preso en la cárcel Florencio Varela de Argentina.

 

24-06-2020

En el diccionario la definición de estafa es: delito el ke, kon ánimo de lukro utiliza el engaño, para producir error en otro, induciéndolo a realizar un akto de disposición en perjuicio propio y ajeno.

Eso fue lo ke sintió Iosu, un inmigrante español de veintisiete años ke llegó en la dekada del kuarenta a Bs As, tras haber kumplido una korta kondena en una kárcel de Madrid. Estafado, fue la definición ke él enkontró a su situación aktual ante el sistema y sus reglas. El estado lo indujo a ke debería ser honesto y seguir sus reglas para ke él, komo ciudadano pueda prosperar y ser libre. “Trabaja duro y se honrado” repetían en sus dirkursos los polítikos de su tierra natal, él tomó esas palabras enserio durante mucho tiempo de su adolescencia. Hasta ke las kontradicciones de la polítika eran ya demasiado evidentes. Se dio kuenta de ke lo ke llaman demokracía, no lo es realmente, y el trabajo asalariado no trae dignidad a las personas, sino ke las enferma y engorda bolsillos de una minoría de ajenos privilegiados.

Su korta kondena en la kárcel había sido por incendiar una fábrika en la ke trabajaba, el dueño había decidido tomarse unas vakaciones, mientras ke sus obreros esperaban la paga de fin de año ke nunka llegó. Eso indignó a Iosu y ese viernes ke no recibió su paga, durante la noche, llegó kon su bicikleta y kon varios bidones de nafta en ella, e incendio por kompleto la fábrika. No konforme kon eso, también fue a la kasa del empresario, e incendio una de sus kamionetas, ahí fue donde un empleado ke kuidaba la kasa lo vio y lo delató. En fin, lo ke él konocía kómo justicia, ya no lo era. Esa palabra es otra estafa, según él, es otra manera de engaño del estado para su propio beneficio. -La justicia abala al poderoso- pensaba, debido a ke el sistema mundial, sea demókrata, fascista o kualkier otro tipo de polítika, siempre es kapitalista. Solo le kedaron dos opciones, trabajar o robar. El tiempo ke estubo en la kárcel le hizo no kerer nunka más estar preso, el encierro no era para él, no lo soportaba, así ke optó por seguir trabajando. Pero en España ya no pudo hacerlo más, por sus antecedentes ningún lugar lo tomaba, así ke se komunikó kon su amigo argentino, Lukas, ke vivía en la zona de Parke Patricios, en la kapital, y él lo asiló en su hogar. No le kostó mucho konseguir trabajo. Un lunes de marzo empezó en una gráfika de la boka, algo en lo ke él ya tenía experiencia.

Al poko tiempo de trabajar ahí no tardó en ver y sentir la explotación del lugar, otra vez se enkontró kon la injusticia burguesa, doce horas de trabajo kon una paga menor a la mitad del sueldo básiko. Más de cien personas trabajando en esa situación, era una injusticia a lo ke la justicia hacía la vista gorda. Iosu sólo se enkontraba kon Lukas en el desayuno por sus distintos horarios de trabajo, y ahí le komentaba las kosas malas ke veía en esa gráfika, a lo ke Lukas le decía ke tenga paciencia, ke son kosas ke pasan y ke si kería la plata, tenía ke aguantarsela, también le dijo:

− No seas boludo, ¿no te vas a mandar la ke hiciste en Madrid, no?

− Joder tío, ganas no me faltan.

− ¡Bueno, mejor ke te falten ganas, porke yo no te voy a ir a visitar a la kárcel eh!

− Vale, tendré paciencia.

Un mes después de esa charla, un miérkoles a las once y treinta, media hora antes de terminar su jornada laboral, Iosu decidió pedir un aumento, a lo ke el dueño le respondió:

− Mirá gallego, si kerés ganar más, tenés ke trabajar más. Aká no regalamos plata, te lo tenés ke ganar.

Iosu apretó los puños, pero se mordió los labios para no kagar a trompadas al soberbio dueño. Dos días después, viernes, día de paga, hace la fila para ke le den el efektivo en un sobre komo siempre; y kuando llega su turno le dicen ke su paga la vaya a retirar a la oficina del enkargado. En el despacho le dicen ke prescindían de su trabajo y ke ese era su último día ahí. Sin motivo alguno fue echado, y seguramente por el hecho de ke Iosu pidió un aumento, y eso el patrón lo konsideraba muy ambicioso para un obrero, así ke el mejor remedio fue reemplazarlo por alguien más dócil.

Iosu ya no tenía ese ingreso de dinero, ya no había nada ke perder, así ke konsideró ke algo tenía ke hacer. Sin decirle nada a Lukas, planeó su venganza, su indignación fue más fuerte ke su miedo a la kárcel. Iosu kallado y observador, ya sabía hace meses donde vivía el dueño de la gráfika. Por prekaución había averiguado mucho, y sabía ke le iba a servir en algún momento. Tenía la dirección de la kasa, donde por lo ke eskuchó, el dueño de la fábrika guardaba la plata. Un sábado por la madrugada, enterado de ke no habría nadie, entró saltando por el muro de al lado, pudiendo así kruzar e ingresar al patio. Se fue kaminando hacia el fondo para enkontrar kómo entrar, hasta ke lo logró. Una vez adentro, revolvió kon bronka toda la kasa, hasta ke en un ropero, atrás de un improvisado eskondite, enkontró fajos y fajos de billetes. “haber ké erés sin dinero” eskribió kon pintura en la pared, roció kon gasoil la plata, la prendió fuego y huyó del lugar.

De la kárcel a la kalle