El viernes, 11 de noviembre, a las 19:00, en La Casa de las Palabras (C./ San Ignacio, 9. 47003 Valladolid)
LA SUB MEDICINA EN LAS PRISIONES VA DE MAL EN PEOR
Pocos, mal pagados, escudo de los carceleros con que cumplir las normas represivas más abyectas, y dependiendo siempre en sus decisiones del placer de los superiores jerárquicos (Director y Jefes de Servicio ) de las prisiones donde ejercen lo que podríamos llamar SUBMEDICINA, así llevan gestándose las condiciones de trabajo de quienes la practican. Por eso más de la mitad de las plantillas de médicos de las cárceles españolas han abandonado ya el barco. A bordo quedan sin citas externas de sus problemas crónicos, sin otra cosa que pastillas para dormirse o despertar, alternando en los casos menos sumisos las contenciones mecánicas, las palizas y el aislamiento, pensando en el suicidio, llevándolo a cabo o, simplemente, muriendo lentamente.
¿Qué se puede esperar de la privatización que se implanta ya de forma acelerada y creciente en la Sanidad Penitenciaria, como en Cáceres, A Lama, Teixeiro, Cuenca, Mallorca…?
Si echamos un vistazo a todas y cada una de las «externalizaciones» de servicios públicos, y estando legitimado por los Gobiernos su derecho a sacar rentabilidad económica a sus prestaciones, el dibujo ya está hecho:
Restricciones de todo tipo, precariedad absoluta de sus trabajadores, y baja calidad de la asistencia que presten. SI ÉRAMOS POCOS, PARIÓ LA ABUELA.
Por eso y por la dignidad de las personas encarceladas planteamos la AUTOGESTIÓN DE LA SALUD, como herramienta de lucha y resistencia.
AUTOGESTIÓN COMPARTIDA DE LA SALUD DE LAS PERSONAS PRESAS
El viernes 11 de Noviembre presentaré en Valladolid una Guía para la Autogestión de la Salud compartida en las prisiones, con la pretensión de contribuir a la lucha de las personas presas por sus derechos y de que sirva como herramienta contra el poder punitivo penitenciario. Ni se trata de algo novedoso ni es una ocurrencia mía. Por el contrario, aquí se plantea una alternativa al estado catastrófico de la llamada sanidad penitenciaria y con medios al alcance de todas las presas y todos los presos, ya que la perspectiva a muy corto plazo de la asistencia que actualmente se recibe y más donde no hay transferencias en esta materia (sin apenas salidas a consultas hospitalarias y tratamientos fuera de la mayoría las prisiones ) es a empeorar más si cabe y conduce aceleradamente a la privatización con medios cuartelarios ya iniciada. Por eso me parece oportuno plantearla y estimo que es muy necesaria. He tratado de compilar diversos trabajos previos de salud mental: el de Javier Erro «Saldremos de esta» y las diversas prácticas de relajación que se sugieren en el texto de los presos italianos de la cárcel de Cuneo «Manual de supervivencia en la cárcel», así como los manuales del colectivo Sumendi y particularmente el de Antonio Palomar sobre el Poder curativo del cuerpo, en temas de nutrición o el clásico de Eneko Landáburu («Cuídate compa»), y finalmente el libro de Nicole Rose «la herbolaria de lxs presxs». Pero, sobre todo, este planteamiento debe basarse en los principios del Apoyo Mutuo y por tanto compartido y apoyado en la idea de OMNIA SUNT COMMUNIA por cuantos participen. Esto es innegociable, pues, respetando las individualidades, concebimos imprescindible la acción colectiva.
Gonzalo Tejerina Lobo